Este período se caracterizó por un rápido crecimiento económico y una transformación significativa en la estructura económica del país.
La guerra civil española había dejado devastada la economía española. En los años 50, España continuaba inmersa en la autarquía, aunque también es cierto que comenzó a recibir ayuda estadounidense. Durante esos años, España había permanecido aislada internacionalmente y la recuperación económica avanzaba lentamente.
Por aquel entonces, el diagnóstico económico de España era complicado: el país sufría los efectos de la inflación, con los precios creciendo y las divisas del Estado disminuyendo, hasta casi caer en la insolvencia.
Para poner remedio a esto, se iniciaron los denominados "Planes de Estabilización y Liberalización". Los grandes objetivos del Plan de Estabilización y Liberalización de 1959 pasaban por atajar la inflación a través de un equilibrio entre los salarios y los precios y una mayor apertura a los mercados exteriores. En otras palabras, se pretendía dar más libertad a exportaciones e importaciones. Todo ello daría lugar a una devaluación de la peseta y permitiría a España acceder a las ayudas del Fondo Monetario Internacional y de la Organización Europea de Cooperación Económica. En líneas generales, se buscaba hacer una transición de una económica autárquica a una economía moderna al estilo capitalista.
Inicialmente, los resultados del Plan de Estabilización fueron decepcionantes. La productividad de las empresas disminuyó, la clase trabajadora perdió poder adquisitivo, el precio de la vivienda crecía y el desempleo aumentaba. Estos resultados iniciales eran los típicos de llevar a cabo un importante ajuste económico
Pese a unos primeros meses poco esperanzadores, las medidas económicas impulsadas por los tecnócratas empezaron a dar sus frutos hacia 1961. A partir de ese momento, la economía española crecería a buen ritmo, registrando cifras verdaderamente notables a partir de 1963.
El sector turístico también desempeñó un papel crucial en el milagro económico español. La inversión en infraestructuras turísticas y la promoción de España como destino turístico atrajeron a millones de visitantes, generando ingresos importantes y empleo.
Este periodo de rápido crecimiento económico no estuvo exento de desafíos y controversias. La desigualdad económica persistió, y hubo tensiones sociales y políticas. Sin embargo, el "milagro económico español" dejó una huella duradera en la historia económica del país y contribuyó al proceso de modernización y apertura de España en el ámbito internacional.
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